
La hiperactividad, síntoma clave del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), va más allá de los niños inquietos. En adolescentes y adultos, se manifiesta de formas menos obvias, pero igualmente desafiantes. Este artículo explora cómo se presenta la hiperactividad en diversas etapas de la vida y qué estrategias pueden implementarse para manejarla, ofreciendo herramientas útiles tanto para quienes viven con TDAH como para quienes los rodean.
Hiperactividad en la vida cotidiana: ejemplos reales
Un caso clásico: Federico y los congresos
Federico, un médico dedicado, lucha con la incomodidad de permanecer sentado en conferencias. Aunque reconoce la importancia del contenido, su mente hiperactiva lo impulsa a levantarse y salir. Para manejarlo, ha desarrollado el hábito de sentarse cerca del pasillo y tomarse breves descansos, reduciendo su incomodidad y mejorando su concentración. Este ejemplo ilustra la relevancia de estrategias personalizadas para afrontar los retos diarios de la hiperactividad.
Hiperactividad visible e invisible
En niños, especialmente varones, la hiperactividad suele manifestarse con conductas motoras evidentes, como moverse constantemente o interrumpir. En adultos, particularmente mujeres, esta puede presentarse de forma cognitiva (pensamientos desordenados) o verbal (hablar mucho o interrumpir). Por ejemplo, Marta, una profesora universitaria, enfrenta un flujo constante de pensamientos que dificultan su concentración durante las reuniones. Esta «hiperactividad invisible» a menudo se confunde con ansiedad, lo que complica su identificación y manejo. Su impacto puede extenderse a relaciones interpersonales y al entorno laboral, afectando la organización y la comunicación.
Multitarea vs. Hiperactividad
Un error común es confundir la hiperactividad con la multitarea. Mientras que esta última implica iniciar y completar actividades de manera eficiente, la hiperactividad lleva a iniciar múltiples tareas sin terminarlas. Por ejemplo, un profesional freelance que intenta redactar un informe mientras responde mensajes de clientes puede parecer ocupado, pero rara vez logra resultados satisfactorios. Diferenciar ambos conceptos es clave para entender la naturaleza de la hiperactividad.
Impacto en la vida diaria
Relaciones interpersonales
La hiperactividad afecta la comunicación y las relaciones. Por ejemplo, personas con TDAH tienden a interrumpir o a hablar excesivamente, lo que puede generar tensiones con colegas, familiares y amigos. Estas dificultades suelen derivar en malentendidos y conflictos recurrentes, incluso en situaciones aparentemente menores.
Conductas impulsivas
Desde estacionar mal un auto hasta responder precipitadamente preguntas en una entrevista, la hiperactividad frecuentemente impulsa acciones sin considerar las consecuencias. Estos comportamientos pueden ocasionar problemas prácticos, como multas o errores laborales, y también incomodidad en el ámbito social y profesional.
En el ámbito familiar
Madres hiperactivas, por ejemplo, a menudo asumen tareas que podrían delegar a sus hijos, dificultando su aprendizaje y agotándose en el proceso. Esta conducta, aunque bienintencionada, puede fomentar la dependencia excesiva de los hijos y el desgaste emocional de los padres. Además, personas hiperactivas suelen asumir más responsabilidades de las necesarias, lo que incrementa su nivel de estrés.
Estrategias para manejar la hiperactividad
Estrategias indirectas
1. Medicación: Fundamental para mejorar la inhibición y reducir los síntomas. Ayuda a regular los circuitos cerebrales implicados en el control de los impulsos, facilitando la concentración y la calma.
2.Actividad física: Canaliza la energía y mejora la regulación emocional. Actividades como yoga, caminatas, correr o practicar artes marciales pueden ser altamente beneficiosas para reducir el estrés asociado con la hiperactividad.
3.Sueño adecuado: Dormir lo suficiente es crucial para estabilizar la hiperactividad. La falta de sueño exacerba los síntomas y disminuye la capacidad de concentración.
4.Actividades recreativas planificadas: Participar en actividades creativas como pintura, música o jardinería puede proporcionar una salida saludable para la energía acumulada, además de reducir la tensión.
Estrategias directas
1.Control del entorno: Identificar y eliminar disparadores de hiperactividad, ya sea en el espacio físico (como el desorden) o social (personas que fomentan distracciones). Un entorno organizado favorece la concentración y reduce las tentaciones de dispersarse.
2.Monotarea consciente: Enfocarse en una sola actividad a la vez, despejando el entorno de distracciones. Esto incluye preparar el espacio de trabajo y establecer metas claras y alcanzables para evitar desviaciones.
3.Técnicas de pausa: Tomar descansos breves durante actividades exigentes para «resetear» el cerebro. Por ejemplo, unos minutos de meditación o respiración profunda pueden marcar una gran diferencia en la regulación emocional.
4.Escritura manuscrita: Este ejercicio ralentiza los pensamientos y fomenta la claridad mental. Escribir a mano permite reflexionar sobre cada idea, favoreciendo la organización del pensamiento.
5.Velocidad del habla: Hablar más despacio ayuda a calmar la hiperactividad verbal y cognitiva, mejorando la capacidad de escuchar y procesar información.
6.Apoyo social: Colaborar con personas calmadas o disciplinadas puede ser beneficioso. Por ejemplo, estudiar junto a alguien concentrado fomenta un enfoque más serio en la tarea.
Técnicas avanzadas
Técnicas como la «refocalización» también pueden ser útiles. Esta consiste en redirigir la atención hacia un punto fijo para interrumpir pensamientos acelerados. Por ejemplo, en un partido de tenis, concentrarse en los ojos del oponente ayuda a calmar la mente y mejorar el rendimiento.
Otra estrategia efectiva es el «time-out» o tiempo fuera, que implica detener completamente la actividad para permitir un reinicio cognitivo. Esta pausa reduce el nivel de activación y fomenta mayor claridad mental al retomar la tarea.
Desmitificando la hiperactividad
«Es solo una falta de voluntad»: La hiperactividad es una disfunción ejecutiva, no un problema de motivación. Forzar a alguien a «calmarse» rara vez funciona y puede generar frustración. El apoyo profesional es esencial.
«La multitarea es efectiva»: La verdadera multitarea implica alternar tareas con eficiencia, no simplemente hacer muchas cosas a la vez. Intentar abarcar todo suele resultar en errores y falta de resultados.
«Solo afecta a los niños»: La hiperactividad persiste en la vida adulta, aunque puede manifestarse de formas diferentes, como pensamientos acelerados o dificultad para organizarse.
Conclusión
La hiperactividad es un desafío multifacético que afecta diversas áreas de la vida. Reconocer sus manifestaciones, desde las más evidentes hasta las más sutiles, es clave para desarrollar estrategias efectivas de manejo. Implementar tanto estrategias directas como indirectas puede minimizar su impacto, mejorando la calidad de vida de quienes viven con TDAH y de las personas a su alrededor.
Para más información sobre cómo el TDAH impacta en otras áreas de tu vida, y para acceder a recursos útiles sobre el manejo de estos desafíos, te invitamos a explorar el contenido del Instituto de Ciencias Cognitivas Aplicadas (INECAP). Si tienes sospechas de padecer TDAH en adultos empieza tu EVALUACIÓN ONLINE haciendo CLICK AQUÍ
Además, te invitamos a escuchar el episodio completo del podcast con el Lic. Manuel Pastene y el Dr. Gabriel Brenner, donde exploran en profundidad estos temas. ¡Haz clic aquí!