En este artículo, queremos desmentir uno de los mitos más comunes sobre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH): que se trata únicamente de un problema de atención. Muchas veces escuchamos que «a la gente con TDAH se la medica porque no puede prestar atención». Sin embargo, esta creencia no refleja la realidad clínica del trastorno.
Desde INECAP, queremos explicar cómo el TDAH no es solo un déficit de atención, sino un problema más profundo relacionado con la regulación de la atención y la impulsividad. A lo largo del artículo, te contaremos algunos ejemplos reales que ilustran cómo afecta este trastorno en diversas áreas de la vida diaria.
Índice
- Mitos sobre el TDAH
- ¿Qué es realmente el TDAH?
- Ejemplos de la vida diaria: Carolina y Graciela
- Impacto en la vida social y emocional
- Conclusión: Más allá de la atención
1. Mitos sobre el TDAH
Uno de los mitos más extendidos, tanto en redes sociales como en la cultura popular, es que el TDAH es únicamente un problema de atención y que la solución pasa directamente por medicar a la persona. Imagina esta escena: una persona llega a consulta, dice que se distrajo en clase y, en ese momento, el profesional ya tiene la receta en mano. Este es un concepto erróneo que debemos desterrar.
El diagnóstico del TDAH no es tan simple, ni el tratamiento se limita solo a la medicación. El verdadero núcleo del trastorno no está solo en la atención, sino en la capacidad de regular esa atención frente a diferentes estímulos y en la impulsividad.
2. ¿Qué es realmente el TDAH?
Cuando hablamos de TDAH, debemos tener en cuenta que la atención no es una función única. Existen diferentes tipos de atención, como la activación, la atención sostenida, la selectiva y la dividida. No todas estas áreas están afectadas en las personas con TDAH. El problema principal no radica en no poder prestar atención, sino en regular cómo y cuándo prestamos atención.
Gabriel lo explica de manera clara: «El problema de una persona con TDAH es la capacidad para frenar el impulso conductual». Esto significa que la dificultad no es solo concentrarse, sino resistir las distracciones, persistir en una tarea y retomar actividades tras una interrupción.
Manuel complementa esta idea al decir: «Lo que está afectado en el TDAH es poder persistir cuando tenés un objetivo o una tarea y resistir». Así, el TDAH no es un déficit de atención en sí mismo, sino un problema de regulación de esa atención.
3. Ejemplos de la vida diaria: Carolina y Graciela
Queremos compartir dos casos que ilustran bien cómo se manifiesta el TDAH en la vida diaria. Ambos son ejemplos claros de que el problema no es la atención en sí misma, sino cómo se regula esa atención.
Carolina, la ilustradora
Carolina es una joven ilustradora freelancer de 24 años que vino a consulta porque no lograba entregar sus proyectos a tiempo. Aunque mostraba un talento excepcional en sus dibujos, se sentía frustrada porque constantemente postergaba sus entregas.
En su entorno de trabajo, Carolina utilizaba tres pantallas: una para sus ilustraciones, otra para videos de YouTube, y una tercera con programas de diseño. Mientras trabajaba en sus ilustraciones, su atención se desviaba hacia los videos, perdiendo así horas valiosas. Lo interesante es que no dejaba de prestar atención, sino que cambiaba su foco de manera ineficiente, lo que afectaba su productividad.
Gabriel resume su caso de manera brillante: «Carolina no perdió la atención, perdió la concentración. Ella estaba atenta, pero al estímulo incorrecto».
Graciela, la «compradora distraída»
Graciela, por otro lado, enfrentaba un problema distinto. Iba al supermercado, compraba alimentos congelados, pero al llegar a casa los olvidaba en la cocina mientras se distraía con otra tarea, como encuadernar. Después de una hora, recordaba que había dejado los congelados fuera del freezer y ya era demasiado tarde. Esto afectaba no solo su alimentación, sino también su economía, dado que debía tirar comida con frecuencia.
El caso de Graciela ilustra cómo el TDAH impacta en las tareas cotidianas, desde la gestión del tiempo hasta el manejo de los recursos en el hogar. Manuel añade que “esto grafica bien el impacto que tiene el TDAH en varias áreas, como el manejo del dinero y el orden del espacio personal”.
4. Impacto en la vida social y emocional
El TDAH no solo se manifiesta en el ámbito laboral o académico; también afecta las relaciones sociales y la vida emocional de las personas. Un ejemplo que mencionamos en el episodio es el de Daniela, quien, durante conversaciones con amigos, solía perder el hilo de la conversación al distraerse con pensamientos sobre su trabajo. Esto le impedía disfrutar del momento y afectaba su autoestima, haciéndola sentir menos inteligente.
Gabriel nos recuerda: «La gente con TDAH a veces se siente poco inteligente porque, al no poder retener los detalles de una conversación, creen que tienen dificultades de comprensión». Este es un ejemplo claro de cómo el TDAH puede influir negativamente en la percepción que las personas tienen de sí mismas.
5. Conclusión: Más allá de la atención
El TDAH no es simplemente un problema de atención. Se trata de un trastorno de la regulación del comportamiento, que afecta a diferentes áreas de la vida, como el trabajo, las relaciones sociales, la gestión del tiempo y la salud emocional.
Como mencionamos en el episodio, «no es un problema de déficit de atención, es un problema de ejecución». Las personas con TDAH no tienen dificultades para saber qué hacer, sino para hacerlo en el momento correcto. Por eso, el tratamiento debe ser integral, abordando tanto los aspectos atencionales como los impulsos y las emociones.
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