Rutinas: ¿La rutina es la base de toda productividad?

Lucía tenía problemas para ser consistente en la toma de la medicación. Ella era consciente de la importancia de esa medicación, de hecho, había sido su pedido evaluar y considerar si se beneficiaría con dicha medicación. La toma de la medicación es simple: tomarla todos los días, al empezar el día. Aún así, 2 o 3 veces por semana olvidaba tomar la medicación. 

Es curioso que lo olvidara, ya que es una medicación de efecto inmediato que a la media hora de la ingesta empieza a hacer efectos notables en la atención y memoria de trabajo. 

Cuándo una acción tiene efectos notables casi inmediatamente, suele ser más «recordable». 

Para encontrar una solución, hicimos el análisis en cadena de su rutina diaria, y encontramos una constante que aplica a las personas que suelen olvidar tareas importantes: Lucía no tiene una rutina de inicio de día. Cada día de Lucía empieza de manera diferente. 

«Mis días empiezan según me levanto, y casi siempre dependen de la preocupación del día anterior» comenta Lucía.

Primera conclusión: desde el punto de vista conductual que una persona deje que su día se organice en base a la intuición, impulsos o ganas, genera un nivel de variabilidad que hace prácticamente imposible tener consistencia en ninguna actividad de la vida laboral, académica o personal.

Lee el artículo sobre “Estrategias para no procrastinar” 

Federico es super productivo. Cuando le preguntamos qué estaba haciendo el miércoles a las 10:00am, sabe responder, porque todos los miércoles en ese momento está haciendo la misma categoría de actividad. 

El problema central de la verdadera productividad es que no es «reactiva», sino «predictiva». Es decir, para tener constancia y continuidad la clave es llegar al momento habiendo decidido con suficiente anticipación que es lo que voy a hacer.  

Para aumentar la productividad hay que armar rutinas. Las rutinas son secuencias de pasos repetidos que sirven para cumplir con una tarea. 

Hay 2 tipos de rutinas:

  • Contextuales.
  • Temporales. 

Las rutinas se pueden aplicar en contextos específicos, por ejemplo, en este caso estoy sentado frente a mi notebook, en mi oficina, con el móvil silenciado fuera de mi campo visual, con la app Onenote, escribiendo sin material de referencia. Esta rutina situacional, se aplica cuándo pretendo escribir un artículo de blog. 

Las rutinas contextuales  tienen 3 conjuntos de reglas (que deben ser muy específicas). 

  • Lo que se debe hacer. 
  • Lo que NO se debe hacer. 
  • El orden en los que esos pasos se deben seguir.   

Las rutinas temporales se activan en momentos específicos, que puede ser un momento en el día «después del almuerzo» o una clave temporal «a las 22:00hs». En el caso de Lucía podríamos practicar que después de levantarse de la cama, vaya directo al baño, se lave los dientes e inmediatamente después tome la medicación. Podríamos agregar que NO debe mirar el celular en ningún momento (ya que puede interferir con la secuencia). 

Las rutinas temporales pueden ser: 

  •  Diarias.
  • Semanales.
  • Mensuales. 
  • Anuales.

Por ejemplo: todos los «Junios» pedir turno con ginecología para hacer el PAP y el chequeo mamario. Muchas mujeres con TDAH olvidan o no hacen el chequeo ginecológico anual.  

Generar rutinas tiene ventajas pero también enormes desventajas. Establecer rutinas moldea la identidad de las personas. Si Lucía pretende cumplir con el ritual de inicio de día, tendrá que evitar las salidas nocturnas de entre semana o empezar a leer en la noche, en lugar de mirar series. Probablemente algunos amigos la empiecen a describir como una persona «aburrida o demasiado estructurada» y ella sienta la pérdida de la posibilidad de hacer esas actividades. 

En conclusión: la productividad es contexto dependiente. 

Ser consistente depende más de las rutinas, que de la «voluntad» o el «esfuerzo». 

Cualquier tarea predeterminada, es decir, establecida con anticipación a través de una rutina tiene mucho mejores probabilidades de cumplirse, que una tarea que se intenta en el momento en base al «sentimiento». 

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