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Hiperfoco en TDAH: ¿Superpoder o Síntoma? La Verdad Científica

¿Alguna vez has perdido la noción del tiempo, sumergido tan profundamente en una tarea que el mundo a tu alrededor desaparece? Para muchas personas con TDAH, este estado de concentración intensa, conocido popularmente como hiperfoco, se siente como un superpoder. Es la prueba de que, contrariamente a su nombre, el TDAH no siempre implica un «déficit» de atención, sino una capacidad de atención increíblemente potente… cuando algo les interesa.

Pero, ¿es el hiperfoco realmente una ventaja? ¿O es la otra cara de la misma moneda de la desregulación atencional?

La ciencia tiene una perspectiva más matizada. Aunque la experiencia del hiperfoco es real, el término es controvertido y, a menudo, describe un estado que puede ser desadaptativo. Este artículo desentraña la verdad sobre el hiperfoco, lo diferencia del saludable «estado de flujo» y te ofrece estrategias para canalizar tu atención de manera productiva.

Para Gestionar tu Foco, Primero Debes Entender tu Cerebro

Un diagnóstico claro es el primer paso para comprender por qué tu atención funciona como lo hace.

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Hiperfoco vs. Estado de Flujo: No son lo Mismo

Es crucial diferenciar estos dos estados de concentración intensa.

Hiperfoco (El Foco Desregulado)

En el contexto del TDAH, el hiperfoco no es necesariamente una habilidad, sino un síntoma de un déficit en las funciones ejecutivas. Específicamente, una dificultad para cambiar la atención.

  • ¿Cómo se siente? Te «atascas» en una actividad que te resulta muy estimulante (un videojuego, un proyecto apasionante, investigar un tema por internet). Eres incapaz de desconectar, incluso cuando sabes que deberías estar haciendo otras cosas más importantes (comer, dormir, ir a buscar a tus hijos).

  • La consecuencia: A menudo conduce al agotamiento, a descuidar responsabilidades y a una mala gestión del tiempo. El hiperfoco te controla a ti, y no al revés.

Estado de Flujo (Flow State)

Acuñado por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, el «flujo» es una experiencia óptima y altamente positiva.

  • ¿Cómo se siente? Estás completamente inmerso en una tarea que es desafiante pero que se alinea con tus habilidades. Sientes control, disfrute y una motivación intrínseca. El tiempo se distorsiona, pero cuando «sales» del estado de flujo, te sientes energizado y satisfecho, no agotado.

  • La clave: En el estado de flujo, tú tienes el control. Puedes elegir entrar y salir de él de manera más consciente.

El objetivo para un adulto con TDAH no es «hiperenfocar» más, sino aprender a regular la atención para alcanzar un estado de flujo saludable.

¿Por Qué Ocurre el Hiperfoco?

El hiperfoco es una manifestación de la búsqueda de dopamina del cerebro con TDAH. Cuando una actividad es lo suficientemente interesante o novedosa, inunda el cerebro con la estimulación que anhela. El déficit en el control inhibitorio hace que sea extremadamente difícil «pisar el freno» y redirigir la atención hacia tareas menos estimulantes pero más importantes. Por eso, el hiperfoco es, en esencia, la otra cara de la distractibilidad.

Estrategias para Regular tu Atención y Fomentar el Flujo

Dado que el hiperfoco descontrolado puede ser perjudicial, el objetivo es aprender a manejarlo.

  1. Establece Intenciones Claras (y Límites): Antes de comenzar una tarea propensa al hiperfoco, define qué quieres lograr y, lo más importante, a qué hora vas a parar. Pon una alarma (o varias) en otra habitación para obligarte a levantarte físicamente y romper el trance.

  2. Minimiza las Distracciones Externas: Aunque parezca que en hiperfoco nada te distrae, un entorno preparado te ayuda a dirigir tu atención a la tarea correcta. Cierra pestañas innecesarias y silencia las notificaciones.

  3. Incorpora Descansos Obligatorios: Usa la Técnica Pomodoro (trabajar 25 minutos, descansar 5). Estos descansos programados son cruciales para «despegarte» de la tarea, evaluar si sigues en el camino correcto y evitar el agotamiento.

  4. Haz la Tarea Aburrida Más Interesante: Aumenta la estimulación de las tareas necesarias pero poco interesantes. Escucha música, convierte la tarea en un juego contra el reloj o usa materiales de colores. Esto ayuda a tu cerebro a activarse sin necesidad de caer en un hiperfoco desadaptativo.

  5. Practica la Atención Plena (Mindfulness): El mindfulness es, en esencia, el entrenamiento del «músculo» de la atención. Te enseña a notar a dónde se va tu foco y a redirigirlo suavemente, una habilidad fundamental para salir del hiperfoco a voluntad.

Canaliza tu Atención, no dejes que te Controle

El hiperfoco es un testimonio del poderoso motor de atención que posees. Sin embargo, sin dirección ni frenos, ese motor puede llevarte a lugares donde no querías ir.

Aprender a regularlo, a transformarlo en un estado de flujo controlado, es una de las habilidades más transformadoras que puedes desarrollar. No se trata de apagar tu superpoder, sino de aprender a usarlo para tus propios fines.

¿Listo para Tomar el Volante de tu Atención?

Un diagnóstico profesional y un plan de tratamiento que incluya coaching pueden darte las herramientas que necesitas.

Si tienes más preguntas, nuestro equipo de profesionales está aquí para ayudarte. Consulta también nuestras Preguntas Frecuentes (FAQs).

La información proporcionada en este artículo es solo para fines informativos y no sustituye el consejo médico profesional.

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