Errores comunes al evaluar el TDAH en adultos

El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) es cada vez más conocido, pero aún existen muchos errores al momento de evaluarlo en adultos. En este artículo, basado en nuestro episodio de podcast, exploramos algunos de los errores más comunes que se cometen durante el diagnóstico de este trastorno y cómo afectan los resultados.

Los 8 Errores comunes al evaluar el TDAH en adultos:

  1. No incluir a un familiar en la evaluación.
  2. Uso de escalas globales.
  3. No considerar los antecedentes en la infancia y adolescencia.
  4. No considerar comorbilidades.
  5. Basarse exclusivamente en evaluaciones neuropsicológicas.
  6. Evaluarse con alguien no especializado.
  7. No considerar el abuso de sustancias o adicciones conductuales.
  8. El sesgo de género.

Estos errores se suelen cometer por muchos motivos, como por ejemplo, la falta de formación profesional, la falta de divulgación y educación sobre el tema, la falta de disponibilidad de tiempo del profesional, el exceso de confianza en el criterio clínico, o el desconocimiento de las guías oficiales para la evaluación, entre otras cosas.

La evaluación debe hacerse de manera correcta, dado que lo más importante no es si el diagnóstico es TDAH o no, sino qué tipo de TDAH se presenta, qué grupos de síntomas están presentes y qué impacto tienen en el funcionamiento de la persona, así como el pronóstico (qué tanto puede mejorar la persona).

‌Pasaremos a desarrollar punto por punto.

1. No incluir a un familiar en la evaluación

Uno de los errores más frecuentes en la evaluación del TDAH en adultos es no incluir a un familiar o persona significativa en el proceso. Según los protocolos aprobados en diversos países, contar con un tercero permite obtener información adicional y más precisa, ya que muchas veces el paciente no puede ofrecer un relato completo o detallado de sus síntomas.

Está probado en que en general, las personas con TDAH son imprecisas en la descripción de sus problemas.

2. Uso de escalas globales

Otro error común es el uso de escalas que circulan en internet, las cuales, aunque pueden ser útiles como orientación, son demasiado generales. Estas herramientas tienden a ser muy sensibles, lo que significa que muchas personas obtendrán un falso positivo, pensando que tienen TDAH cuando en realidad puede tratarse de otro problema. Una escala de screening o rastrillaje no hace un diagnóstico, sino una búsqueda de síntomas compatibles.

3. No considerar los antecedentes en la infancia y adolescencia

Es fundamental tener en cuenta los síntomas desde la niñez para diagnosticar TDAH. Según el DSM-5, los síntomas deben estar presentes desde antes de los 12 años. Ignorar este criterio puede llevar a un diagnóstico incorrecto, ya que el TDAH es un trastorno crónico que suele manifestarse en la infancia y continuar en la adultez.

4. No considerar comorbilidades

El TDAH rara vez aparece solo; muchas veces está acompañado de otros trastornos como la ansiedad, el trastorno del estado de ánimo o incluso problemas médicos como la apnea del sueño. Ignorar estas comorbilidades puede llevar a un mal diagnóstico y, en consecuencia, a un tratamiento inadecuado.

5. Basarse exclusivamente en evaluaciones neuropsicológicas

Las evaluaciones neuropsicológicas no son suficientes para diagnosticar TDAH por sí solas. Estas pruebas suelen medir habilidades cognitivas bajo condiciones controladas, pero no reflejan necesariamente las dificultades que enfrenta el paciente en su vida diaria. Además, estas evaluaciones son más útiles en niños que en adultos.

6. Evaluarse con alguien no especializado

Buscar una evaluación con profesionales que no están especializados en TDAH es otro error frecuente. Estos profesionales pueden confiar demasiado en escalas de autodiagnóstico o no tener en cuenta aspectos importantes como las comorbilidades o el sesgo de género.

7. No considerar el abuso de sustancias o adicciones conductuales

El abuso de sustancias o las adicciones conductuales son aspectos importantes que deben evaluarse al diagnosticar TDAH. Muchas veces, estas condiciones pueden explicar los síntomas de desatención o hiperactividad, por lo que es crucial descartarlas antes de confirmar el diagnóstico.

8. El sesgo de género

Finalmente, es importante considerar el sesgo de género al evaluar TDAH. Las mujeres suelen presentar síntomas diferentes a los hombres, lo que puede dificultar el diagnóstico. Existen escalas específicas para mujeres que deben utilizarse para una evaluación más precisa.

Conclusión

Evaluar correctamente el TDAH en adultos es un proceso que requiere atención a múltiples factores, desde la historia personal del paciente hasta la presencia de comorbilidades. Los errores comunes en la evaluación pueden llevar a diagnósticos incorrectos y a tratamientos inadecuados. Por eso, es fundamental contar con un profesional especializado que tenga en cuenta no solo los síntomas actuales, sino también el contexto completo del paciente.

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