Las 5 señales de que podrías estar sufriendo de hiperactividad y no te has dado cuenta

Marisa es diseñadora web, front end (front end es la sección de una página de internet en la que el usuario interacciona con página), tiene más de 5 años de experiencia en su trabajo y le preocupa que aún continúa con una dificultad: le cuesta seguir instrucciones detalladas, especialmente cuándo recibe dichas instrucciones verbalmente. Desde luego, cuándo está en una conversación y detecta que no está pudiendo captar los detalles de las indicaciones, siente ansiedad, se angustia y eso dispara un círculo vicioso que lo empeora todo. 

Pocas semanas antes de consultarnos recibió una excelente noticia que la asustó: la iban a ascender y eso significaba que iba a tener más reuniones, con más personas, y mayor dificultad. 

Su nivel de ansiedad había incrementado porque uno de los roles que le habían asignado era de analista funcional: escuchar al cliente atentamente para tratar de interpretar como las necesidades del mismo se iban a traducir en el diseño web. En ese escenario se imagina incapaz de filtrar los múltiples estímulos y poder tomar esos datos como instrucciones claras. 

Leyendo esto te preguntarás qué tendrá que ver la experiencia de Marisa con la hiperactividad, y la respuesta es «tiene todo que ver». Una forma de definir la hiperactividad en adultos es el exceso de actividad motora, cognitiva (pensamiento) o verbal. Es decir, la persona experimenta una cantidad de pensamientos o palabras que vuelven a la conducta ineficaz y desadaptativa. 

Para aprender más sobre las características del TDAH lee el artículo sobre “TDAH en adultos: causas, características y diagnóstico”

Para entender a Marisa te vamos a contar las 5 señales básicas que indican que ella puede sufrir de hiperactividad. 

  1. Inquietud motora interna. 
  2. Inundación de estímulos cognitivos. 
  3. Dificultad para fijar el punto de visión. 
  4. Hablar en exceso o sentir necesidad de hablar en exceso. 
  5. Sensación de aburrimiento o insatisfacción crónica. 

  1. Inquietud motora interna: una proporción importante de pacientes adultos TDAH, y más aún las mujeres, «internalizan» su hiperactividad motora. Es decir, en lugar de moverse en exceso, tienen un sensación de cómo si estuvieran impulsadas por un motor, pero logran que su cuerpo se mantenga quieto y en su lugar. 

En el caso de Marisa, este impulso interfiere con su atención, en las reuniones ella debe invertir una considerable cantidad de energía en frenar sus ganas de moverse o irse de la reunión. Esta sensación empeora a medida que las reuniones se prolongan más en el tiempo. “Admito que hay veces que esta sensación se vuelve tan intensa que hace que en las reuniones remotas fantasee con cortar e irme para hacer algo físico”. 

  1. Inundación de pensamientos: mientras Marisa está recibiendo instrucciones, suele sentir que su «cerebro fabrica muchas ideas rápidamente» y que además su atención cambia rápidamente ante los múltiples estímulos que se presentan. «Qué mi jefe me instruya acerca de dónde colocar un botón puede dispararme 10 ideas respecto de cómo configurar ese botón y desde luego pierdo completamente el hilo de la conversación». El tema empeora cuando a ella no le toca decidir dónde sino ejecutar la instrucción, es decir esas ideas están demás. 
  2. Dificultad para fijar el punto de visión: hay estudios que han encontrado que las personas con TDAH del adulto del tipo Hiperactivo / Impulsivo tienden a cambiar el punto de su mirada hasta 10 veces más por minuto que la población general. Durante la entrevista con Marisa, era evidente que sus ojos se movían rápida y repetidamente. «A veces no puedo prestar atención porque estoy concentrada en mirar a los ojos porque sé que es mala educación mirar a otro lado cuándo a uno le están hablando». Esto es claramente un signo de hiperactividad motora / visual. 
  3. Hablar en exceso o sentir la necesidad de hacerlo: la impulsividad verbal genera «hiper producción verbal», las personas con TDAH suelen hablar rápido, mucho, y en momentos en los que no corresponde hacerlo. «Hay momentos en qué empiezo a hablar sin darme cuenta y cuándo tomo conciencia ya perdí el eje de la conversación». «Muchas veces me prometo a mí misma que me voy a quedar en silencio, y nunca lo cumplo».  En la práctica hay situaciones en las que es fundamental mantenerse en silencio para poder recibir la idea y la instrucción completa. A Marisa esto le afecta enormemente.
  4. Aburrimiento o insatisfacción: quizás este sea una de los signos o síntomas que más sufrimiento generan pero más banalizado está. La hiperactividad o inquietud genera una sensación de aburrimiento muy intensa. Según nuestro punto de vista, lo que las personas con TDAH describen como aburrimiento es algo mucho más desagradable que lo que experimentan las personas de la población general. Está sensación de aburrimiento o «vacío» puede despertar emociones como la irritabilidad, enojo, ansiedad o angustia. Al analizar el contexto y los disparadores de sus dificultades Marisa detalla: «noté que mi capacidad de seguir instrucciones es inversamente proporcional a mi sensación de aburrimiento, cuándo me siento aburrida es como si bajara los brazos y decidiera que nada de lo que ocurre es relevante. Obviamente, dejó de prestar atención y confío en que algún compañero tome notas por mí».   

En conclusión: la hiperactividad puede ser un síntoma muy limitante o incapacitante que puede disfrazarse de varias maneras. En jóvenes y adultos que se proponen hacer actividades complejas, casi nunca se presenta de manera obvia y visible cómo ocurre en los niños en edad escolar. Ya sea en el trabajo, en la universidad o cualquier nivel de curso de capacitación existen estás 5 señales que puedes observar para detectar si sufres de hiperactividad que está afectando tu rendimiento. 

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